Los hombres de la montaña eran tramperos -cazadores de pieles- que vivieron a principios del siglo XIX en las Montañas Rocosas. Formaron un grupo de hombres muy reducido y único, todos ellos dotados de gran valor y ambición, pues se precisaba de un gran mucho coraje para ser los primeros en adentrarse en el Oeste, una tierra prácticamente desconocida para el resto del mundo, y en especial para los blancos europeos llegados a colonizar el continente americano, que únicamente sabían que aquel gran espacio en blanco en los mapas estaba habitado por hombres y fieras salvajes. Los tramperos trazaron planos de los ríos, valles y montañas del Oeste, establecieron relaciones con la mayoría de las tribus indias, y experimentaron algunas de las aventuras más increíbles de la historia del ser humano.