Con el fin de paliar esta catastrófica situación - que se prolongó hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945-, el presidente Franklin Delano Roosevelt impulsó una serie de medidas tendentes a recuperar la economía nacional conocidas como el New Deal. La Administración de Progreso de Obras (Works Progress Administration, WPA) era la agencia federal encargada de llevar a cabo grandes obras públicas. Entre 1935 y 1943, la WPA proporcionó empleó a ocho millones y medio de hombres y mujeres desempleados. La mayoría de los trabajos fueron en la construcción, edificando más de 10.000 puentes y más de un millón de kilómetros de calles, además de numerosos aeropuertos y viviendas.
Uno de los planes más importantes fue el Proyecto Federal Número Uno, que dio empleo a músicos, artistas, escritores, actores y directores de teatro para realizar giras, llegando a ofrecer más de 225.000 representaciones. Lo mismo sucedió con grandes fotógrafos de la época, como Walker Evans y Dorothea Lange, entre otros muchos, que trabajaron en la sección fotográfica de la Farm Security Administration (FSA), una división del Departamento de Agricultura. La FSA patrocinó una campaña grafica para documentar las consecuencias sociales de la Gran Depresión.
Los fotógrafos viajaron por todo Estados Unidos capturando imágenes de la vida diaria. A través de los objetivos de sus cámaras, pudieron ser testigos del terrible impacto que la crisis había causado en la población estadounidense, especialmente entre los trabajadores, afroamericanos e inmigrantes. La miseria y la desesperanza se extendieron por el país entero durante más de una década.
Dorothea Lange y Walter Evans utilizaron la fotografía para informar de la pobreza extrema que padecían millones de personas. Pero, animados de un fuerte compromiso social, hicieron algo más que mero fotoperiodismo. A pesar de la cruda realidad que mostraban, sus fotografías poseían una gran belleza y perfección. Sus retratos en blanco y negro estaban llenos de una profunda humanidad.
Vi a la famélica y desesperada madre y me acerqué a ella como atraída por un imán. No recuerdo cómo le expliqué mi presencia o mi cámara, pero recuerdo que no me hizo preguntas. Hice cinco fotografías, trabajando más y más cerca desde la misma dirección. No le pregunté su nombre o su historia. Me dijo su edad, 32 años. Me dijo que habían vivido de vegetales crudos de los alrededores y de pájaros que los niños mataban. Acababa de vender los neumáticos de su coche para comprar comida. Allí estaba sentada, reposando en la tienda con sus niños abrazados a ella, y parecía saber que mi fotografía podría ayudarla, así que entonces me ayudó a mí. Había una cierta equidad en aquella situación.
Walker Evans (1903 - 1975) es conocido sobre todo por sus fotografías de la pobreza rural, imágenes que destacan a la vez por su fina sensibilidad y meticuloso realismo. En el verano de 1936, viajó con el escritor James Agee al sur de Estados Unidos para realizar un reportaje sobre varias familias de aparceros blancos de Alabama. La revista Fortune decidió no publicar el polémico material que habían recogido. Afortunadamente, no fue trabajo baldío. En 1941, publicaron el libro Elogiemos ahora a hombres famosos con las fotos de Evans y los escritos de Agee. Se trataba de una obra innovadora, en las que las imágenes no se limitaban a ilustrar el texto que describía sus precarias y miserables condiciones de vida, sino que tenían una enorme relevancia por sí mismas. No hacía falta conocer los detalles que contaban sus páginas, bastaba con mirar las fotografías para comprender la tragedia de su desgracia, haciéndonos sentir conmocionados por la terrible y dura existencia que arrastraban aquellas pobres personas.
(Como nota aparte, indicar que James Agge es el autor del guion de dos memorables películas: La reina de África, dirigida por John Huston, y La noche del cazador, dirigida por Charles Laughton)