Afroamericanos en la Guerra Civil Española

E s durante esa época de su vida –sin trabajo, sin dinero y lejos de su familia–, cuando Yates tomó conciencia social y adoptó una postura combativa en contra del fascismo y el capitalismo, como grandes generadores de maldad y miseria para la gente humilde y trabajadora.

Publicado en 1968, este libro es el testimonio en primera persona de James Yates. A lo largo de sus paginas, Yates relata su encuentro con personajes tan famosos como Ernest Hemingway, Langston Hughes y Oliver Law, el primer hombre negro en tener el mando de una unidad militar en la historia americana. Yates no olvida que fue en España donde, pese a los rigores y peligros de la guerra, se sintió libre por primera vez.

Pero, ¿cuáles fueron los motivos que impulsaron a estas personas negras a defender una causa tan lejana y aparentemente ajena? Muchos de ellos eran trabajadores que habían vivido los efectos de la Gran Depresión, siendo por el color de su piel los primeros en perder sus empleos. En un ambiente de gran agitación política y social, la gente de color en EEUU comenzó a cuestionar los problemas que les afectaban, en especial a través de una serie de publicaciones y periódicos, muchas de ellas producto de lo que se conoce como Renacimiento de Harlem o The New Negro Movement.

Chicago no era ajeno a esta influencia, sobre todo por un importante periódico: The Defender, leído por toda la comunidad negra. La política inunda las calles. Y es en los mítines callejeros donde Yates se educa políticamente. Aprende escuchando a oradores subidos en una simple caja de madera. Con 17 años , en plena Depresión, Yates se siente atraído por las ideas comunistas que, a través de las páginas del periódico The Liberador, insisten en las raíces comunes de la pobreza y del racismo y aboga por la unidad internacional frente a la explotación.

Yates se trasladó a Nueva York en busca de trabajo, pero no tardó en enfrentarse a la dura realidad: durmió en bancos, vagó por las calles y engrosó las filas de los indigentes.

En 1935 se produjo la invasión de Etiopía por las fuerzas fascistas italianas –un hecho que conmocionó a la población negra americana–, y poco más tarde, en julio de 1936, dio comienzo la guerra civil española, enfrentamientos ambos que pasaron a convertirse en símbolos de la resistencia contra el fascismo.

Todo ello –guerra, racismo y pobreza– conduce a Yates, junto a otros muchos miles de hombres y mujeres comprometidos con la causa de la libertad y la justicia social, a alistarse como voluntario para combatir en España.

Y eso es lo que nos cuenta con gran sencillez, emoción y dignidad, en su libro de memorias, centrado sobre todo en su periodo español. Por lo tanto, este libro tiene el aliciente de ser la visión de un hombre negro sobre la guerra civil española, lo que no deja de hacerla singular y diferente a la mayoría de las historias conocidas por todos.

Los brigadistas voluntarios que lucharon en España no sólo pagaron con su vida y su salud, sino que a la vuelta a sus lugares de origen, fueron duramente perseguidos por las autoridades como sospechosos políticos y quedaron irremediablemente marcados para siempre. A las dificultades habidas para un hombre negro y sin estudios, James Yates tuvo que hacer frente a la persecución policial y del FBI, que constantemente ponían trabas y dificultades para que pudiera ganarse la vida con normalidad. Esa fue la recompensa que encontraron a su regreso. Sin embargo, no pudieron doblegar el espíritu de aquellas personas que, como Yates, continuaron luchando por un mundo mejor. Se implicaron a fondo contra el fascismo durante la Segunda Guerra Mundial, en contra de la guerra de Vietnam, lucharon por los derechos civiles, en contra de la intervención americana en Latinoamérica, contra el apartheid de Sudáfrica en estas y otras muchas lides se vieron de nuevo aquellos hombres y mujeres que habían combatido en España.

La gesta de la Brigada Lincoln es conocida. Estaba compuesta por 2800 norteamericanos, que acudieron a defender a la república española, llegados junto a otros 50.000 voluntarios procedentes de 54 países. Menos conocida es la presencia en esta brigada de 85 voluntarios afro americanos. Esta es su historia, una pagina inédita en la historiografía de EEUU y España. La peripecia de unos héroes invisibles que acudieron a una guerra lejana para luchar en contra del fascismo que amenazaba con conquistar el mundo.

Basada en entrevistas al veterano James Yates y a varios otros combatientes de la Brigada Lincoln, además de expertos historiadores, junto a una gran abundancia de imágenes de archivo, el documental Héroes Invisibles cuenta la historia de estos hombres y mujeres valientes.

La guerra civil española fue la prueba de que solo existe una revolución: la de los humillados y ofendidos contra los déspotas y tiranos; la de la cultura y la razón contra la ignorancia y la barbarie; la de la libertad y la justicia contra la opresión y la iniquidad. En definitiva, se trata de la eterna lucha del bien contra el mal, una guerra que no acabará nunca. Esta revolución se vienen librando desde el principio de los tiempos, en el mundo entero, y la revolución anarquista española del 36 tan sólo fue una batalla más de esa guerra mundial que, al igual que tantas otras, fracasó lamentablemente, condenando a los españoles a cuarenta años de atraso y dictadura, y cuyos efectos se dejan sentir incluso hoy día, cuando vemos a los políticos despreciar y engañar sin ningún pudor a la gente que supuestamente representa.

Yo soy internacionalista, me considero ciudadano del mundo y español sólo como una mera circunstancia personal. Estoy a favor de la revolución aquí y en todas partes, allá donde se luche por un mundo más libre, más justo y más solidario, esa es mi revolución, con independencia del país y de quien la haga.

Siento gran admiración por aquellas mujeres y hombres que dejaron sus hogares y se embarcaron en una aventura incierta, en un país extranjero, del que muchos apenas sabían nada, tan sólo que sus hermanos de clase estaban luchando contra el fascismo, ese fue motivo suficiente para abandonarlo todo y venir a España a combatir por un ideal.

James Yates no era anarquista, pero su espíritu era verdaderamente libertario en lo que de más noble y generoso tiene el ser humano, cuando luchó por una gente desconocida, cuando luchó por un mundo mejor, sin importar que la lucha tuviera lugar a miles de kilómetros de distancia de su propio país. El sabía, con mucha razón, que la batalla por la libertad y la justicia no tiene fronteras. Como bien dice el lema del sindicato IWW: una injuria a uno es una injuria a todos.

JAMES YATES - DE MISISIPI A MADRID (Memorias de un afroamericano de la Brigada Lincoln) Editorial LA OFICINA/BAAM
HEROES INVISIBLES (Afroamericanos en la guerra de España) Un documental de ALFONSO DOMINGO Y JORDI TORRENT